Kiko Veneno creó una estantería con poesía vinculada a su tierra, como Poema del cante jondo, de Lorca, clásicos como Hamlet o La Ilíada, y libros sobre la experiencia de consumir droga, de autores como Timothy Leary y Castaneda. Pero también recomendaba El ruedo ibérico, de Valle-Inclán: «Vi toda la historia de España contada de esa manera, con anotaciones que eran puro cine, con ese verbo imbuido del modernismo... pero contándonos la historia muy de cerca. A Valle-Inclán yo lo veía como el guionista perfecto, te describe todo de manera excepcional. Es uno de los grandes creadores del lenguaje español».
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