Desde 3l siglo III hasta el V d. de C, se extiende el Bajo Imperio. Esta denominación se aplica especialmente a la parte occidental. La oriental, la que más tarde se llamó Imperio Bizantino, tuvo una evolución propia; allí el latín no pudo desplazar al griego y los sintomas de decadencia no se hicieron sentir con la misma fuerza.
Las provincias occidentales sufrieron los efectos de una gran crisis política, social y económica, de la que Roma salió gracias a los esfuerzos de emperadores enérgicos que implantaron un régimen absoluto, En el aspecto económico-social estos siglos corresponden a un decaimiento de la vida urbana, un aumento de los latifundios y de los grandes señores que viven en lujosas villas con atribuciones y formas de vida semejantes a lo que posteriormente será la época feudal.
En el aspecto espiritual, la gran novedad de estos siglos fue el triunfo del del cristianismo; la doctrina cristiana, aunque tiene raíces en la fe monoteísta de los hebreos, la supera por la universalidad de su mensaje divino. A pesar de las persecuciones, su expansión fue tan rápida que rebasó las fronteras del Imperio. Constantino dio la libertad a la Iglesia y Teodosio aseguró su triunfo sobre el paganismo.
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