RIESGOS DE LA HIPERCONEXIÓN
Psicólogos y educadores alertan de que la pandemia dispara las relaciones parasociales
Maria Pombo, Ibai, Dulceida y El Rubius son algunos de los mayores influencers españoles LVE
BARCELONA
17/01/2022 00:05Actualizado a 17/01/2022 08:34
El aislamiento, la soledad y la falta de relaciones de carne y hueso durante el confinamiento dispararon el uso de las redes sociales y las interacciones virtuales. Y ello ha provocado un aumento significativo de las relaciones unilaterales o parasociales –las que se desarrollan con un personaje mediático que se percibe como si fuera alguien cercano–, algo que comienza a preocupar a psicólogos y educadores.
“Estoy tan preocupada que incluso he iniciado en Instagram la cadena #redesenpositivo, porque en consulta veo cada vez más personas para quienes su ventana al mundo es internet y los influencers , que se sienten solos y tiran de esos influencers para llenar el vacío que están sintiendo”, afirma la psicóloga Gabriela Paoli. Y subraya que no es algo que observe solo en adolescentes: “También en adultos y entre profesionales cualificados, sobre todo mujeres”.
El streamer Ibai Llanos, uno de los grandes influencers del momento, fue sorprendido por Kun Agüero en pleno directo Twitter/@IbaiLlanos
De acuerdo con una investigación de la empresa Kaspersky, el 62% de los españoles reconoce que las redes sociales le han proporcionado una conexión vital durante la pandemia, porcentaje que sube hasta el 76% entre los jóvenes de 18 a 34 años. Y más de la mitad reconoce haber aumentado su uso, en especial las mujeres.
De estos usuarios de redes, más de un tercio sigue a influencers, y tres de cada cuatro interactúa con ellos, comentando sus publicaciones pero también enviándoles mensajes privados (el 25%) o yendo a conocerlos en persona (22%). Es más, dos de cada diez cree que podrían ser “buenos amigos”.
Los datos
El 74% interactúa con los famosos en las redes y el 21% cree que podrían ser buenos amigos
Y ese, advierten psicólogos y educadores, es el problema, pensar que la interacción con un influencer es una relación de amistad, porque puede resultar dañino.
“Se trata de relaciones que a menudo ocurren mientras estás en el sofá de tu casa, cuando estás aburrido o tienes necesidad de compartir, y te conectas con esa persona que te hace sonreír, divertirte o llorar, con la que piensas que coincides en la forma de ver el mundo, que te acompaña en esos momentos, y piensas ‘es de los míos’, ‘es mi amiga’, y eso te puede confundir”, explica el psicólogo Nacho Coller.
Los actos organizados por o con influencers, como el Balloon World Cup de Piqué e Ibai Llanos, atraen a muchos jóvenes Xavi Jurio / Shooting
Porque, precisa, las relaciones con los influencers son asimétricas, unidireccionales, “y aunque alguna vez te ponga un ‘me gusta’ en un comentario o te respondan, no puedes tener la expectativa de que sea tu amigo ni fantasear con que contigo tiene una relación especial o vayáis a hacer algo juntos”.
Cada vez veo más personas para quienes su ventana al mundo es internet y los 'influencers'Gabriela PaoliPsicóloga
Paoli subraya que los seguidores interpretan que tienen conexión real con el influencer pero a menudo las respuestas que reciben son automáticas o las hace el profesional que gestiona las redes sociales de ese famoso.
Los sesgos cognitivos, la forma en que funciona nuestro cerebro, también contribuyen a esa confusión de vínculos. “Con los influencers funciona lo que en psicología llamamos el efecto halo: como lo dice una persona con muchos seguidores, que es importante, lo que dice será verdad; y también el sesgo de confirmación, porque normalmente se sigue a personas que coinciden en forma de ver la vida o con tus valores, que son de tu cuerda; y esos efectos implican que lo que digan tendrá mucha influencia sobre el seguidor”, detalla Coller.
Preocupante en los adolescentes
Afecta a la construcción de su identidad
Belén González-Larrea, psicóloga educativa y cofundadora de la plataforma NeuroClass, asegura que esa identificación es mayor y resulta más preocupante en el caso de los adolescentes.
“En esa etapa estás construyendo tu identidad y los influencers, por su lenguaje, por el tipo de publicaciones, se ven como personas cercanas, atractivas, de fácil acceso, y los jóvenes los consideran líderes de opinión, y lo que digan, los valores y creencias que promuevan, su forma de ver el mundo la van interiorizando como parte de su propia identidad, incluso sin que los influencers sean a veces conscientes de ese efecto en los jóvenes”, comenta González-Larrea, que investiga el rol de estas figuras como líderes de las nuevas relaciones parasociales en el marco de su doctorado en la Universidad de Salamanca.
Rubén Doblas, el Rubius, y sus vídeos humorísticos lideran los ranking de youtubers en España
Francesc Torralba, filósofo y director de la cátedra Ethos de la Universidad Ramon Llull (URL), subraya que se subestima el influjo que tienen los influencers en los adolescentes, preadolescentes y jóvenes, en su forma de vestir, de consumir, de relacionarse, en sus hábitos sexuales...
Hoy los referentes están en el mundo virtual y son arquetipos idealizadosFrancesc TorralbaFilósofo y director de la cátedra Ethos de la URL
“Hoy los referentes para muchos jóvenes están en el mundo virtual, son personas a quienes no conocen realmente, a quienes no tiene acceso directo y de las que no ven más que una determinada identidad cool y luminosa, a modo de divinidad digital, de arquetipo masculino o femenino que produce procesos de mímesis, de imitación acrítica”, dice Torralba.
Un claro ejemplo de hasta dónde llega ese efecto mímesis es el aumento de niños y jóvenes que llegan a las consultas médicas con tics funcionales y que no hacen sino reproducir gestos que otros muestran en vídeos de TikTok y que tienen su origen en la imitación de Jan Zimmermann, el segundo creador de Youtube más exitoso de Alemania con un canal donde explica su vida con el síndrome de Tourette.Lee también
Torralba y González-Larrea coinciden en que a la hora de educar a los adolescentes es imprescindible conocer a quiénes tienen como referente y explorar su sistema de valores, porque algunos no distinguen la autenticidad de la idealización que muestran los influencers y no cuestionan sus mensajes.
“Si tu referente es un vecino, un tío, un profesor, en definitiva, alguien que tratas en carne y hueso, puedes hacer un cotejo más directo de su autenticidad, observas cómo vive, sus fragilidades, su conducta en diferentes situaciones, pero en el influencer no sabes si lo que expone es lo que realmente piensa o se ha construido un yo digital”, reflexiona Torralba.
Si tu referente es de carne y hueso, cotejas su autenticidad y sus fragilidades; con el 'influencer' noFrancesc TorralbaFilósofo y director cátedra Ethos URL
Porque, apunta Paoli, en las publicaciones o vídeos de un influencer, por espontáneos que parezcan, todo está pensado, analizado y cuidado. “No es una persona sino un personaje, es su trabajo, se dedican a eso y las empresas les pagan”.
De hecho, las empresas son muy conscientes de las relaciones parasociales que los seguidores establecen y las tienen en cuenta en sus campañas de marketing. “Tener un comportamiento parasocial supone un antecedente principal de la intención de compra y de hacer eWoW (el boca a boca electrónico)”, explican los investigadores de Economía de la Empresa Francisco Rejón-Guardia, Gabriel A. Vich i Martorell y Josep Rial-Criado en su trabajo ¿Somos verdaderos amigos? Explorando la relación parasocial de los seguidores cenntenials en el marketing de influencers.
Las relaciones parasociales interfieren en las relaciones de amistad realBelén González-LarreraPsicóloga educativa y cofundadora de NeuroClass
González-Larrea asegura que el 86% de los más de dos mil adolescentes de 12 a 18 años que ha encuestado para su investigación sigue a algún influencer, aunque no todos caen en el fenómeno de identificación. “Influye la intensidad de uso, el tiempo que pasan en redes, y la pandemia, cuando no había ocio de otro tipo, ha alimentado esas relaciones parasociales y, aunque no hemos percibido mucho sentimiento de imitación, sí hemos visto que provocan interferencias en las relaciones de amistad real, porque a menudo están más pendientes de las redes que de las actividades offline, como estar en familia”.
Su receta es que padres, madres y educadores no demonicen a los influencers, sino que promuevan en los jóvenes valores sociales y pensamiento crítico para que seleccionen bien a quién siguen e interpreten que lo que esas personas emiten es ficción y no lo tomen como algo real.
Ese contenido es ficción, como las películas, hay que poner distanciaNacho CollerPsicólogo
“Los adolescentes son vulnerables y hay que convencerles de que este contenido es como las películas de guerra o de miedo, que te emocionan, te gustan, te lo pasas bien pero es ficción, no es real, para que sean capaces de poner distancia”, comenta Coller.
Porque seguir a influencers no tiene por qué ser negativo, puede resultar inocuo siempre que no interfiera en las relaciones con el entorno, que no se deje de quedar con los amigos reales de carne y hueso por estar con ese “amigo” virtual.
"La amistad, por definición, es minoritaria y requiere reciprocidad"
El filósofo Francesc Torralba cree que en la sociedad actual se frivoliza el concepto de amistad. “En el ámbito digital se usa el término de forma epidérmica, superficial, inconsistente, muy alejada de cómo la entendían los clásicos”, dice. Y no porque no pueda haber amistades virtuales, sin contacto físico, sino porque “lo que hay hoy es una idolatría de la cantidad, se compite por atesorar amigos, por tener muchos likes y seguidores, pero la amistad por definición es minoritaria, selectiva y requiere reciprocidad”. Y para lograr muchos “amigos-seguidores” hay que hacer alguna excentricidad o mostrar conductas arriesgadas para romper la indiferencia. “Pero lograr likes y ser popular no significa tener amigos, sino que has llamado la atención y gustas por la excentricidad de lo que haces”, justifica. Añade que eso no quiere decir que uno no pueda cultivar una amistad en el ámbito digital como en otras épocas se cultivaba de forma epistolar. “Es posible tener amistades que ves muy poco físicamente y con quien sin embargo el nivel de confidencialidad, empatía y confianza es alto y cuyo vínculo se cultiva por Skype, email o intercambio epistolar digital”, apunta. Y enfatiza que la amistad no requiere rostro ni contacto físico, pero sí conexión emocional. “Hay personas con quien compartes espacio y tiempo a diario y con quien el nivel de confianza es cero; en cambio, puedes tener un nivel de confidencialidad alto con alguien que físicamente está lejos, pero requiere un recorrido de confianza, de mutua benevolencia, de respeto y estima por el otro, de pacto de secreto compartido...”, precisa. Por esta razón insiste en que no se puede ser amigo de muchos “porque no tendrías tiempo ni oportunidad de cultivar una relación que, además, requiere cierta semejanza y reciprocidad”.
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