Cuando los españoles llegaron al continente americano no se encontraron un territorio vacío; la mayor parte de las tierras que descubrieron y colonizaron estaban pobladas por unos pueblos de raza amarilla que hacía unos 20.000 años habían llegado al Nuevo Mundo a través del estrecho de Bering.
Junto a culturas desarrolladas, como los mayas, aztecas e incas, coexistían sociedades en niveles inferiores.
Los amerindios no conocieron la rueda, ni el torno, ni la cerámica , ni el trigo, ni la cebada, centeno, ni el vidrio, el hierro. Asimismo, la escritura fue sólo empleada, tardíamente en ese continente.
A cambio de esto se les debe el maíz, patata, el caucho, el tabaco, la quina, calendarios bastante exactos, métodos de calculo, grandes construcciones como las mayas o en Méjico.
El estudio de la América prehispánica, debido a la escasa existencia de restos escritos, se ha de hacer, teniendo en cuenta las aportaciones de los misioneros y conquistadores españoles, mediante datos que nos proporciona la arqueología, a los que se han simado los resultados de nuevas ciencias como etnología, lingüística y antropología. Todo ello nos indica que muchas de las afirmaciones hoy sostenida están sujetas a revisión.
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