Los orígenes del hombre son oscuros y lejanísimos.
La fabricación de instrumentos y el temprano uso del
fuego son indicios de su inteligencia y le dieron una
clara superioridad sobre los animales.
Cazador nómada y recolector de frutos, tuvo que acomodarse
a los grandes cambios de clima del Cuaternario. Los progresos
logrados en el Paleolítico Inferior fueron lentísimos.
Se aceleran algo en el Paleolítico Medio (Musteriense) y en el
Superior tiene manifestaciones de tanto valor como la pintura
rupestre de la región francocantábrica, que demuestran una gran
sensibilidad artística, ligada a creencias religioso-mágicas.
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