Qué hermosa eres, libertad. No hay nada
que te contrate. ¿Qué? Dadme tormento.
Más brilla y en más puro firmamento
libertad en tormento acrisolada.
¿ Que no grite? ¿Mordaza hay preparada?
Venid amordazad mi pensamiento.
Grito no es vibración de ondas al viento:
grito es conciencia de hombre sublevada.
Qué hermosa eres, libertad. Dios mismo
te vio lucir, ante el primer abismo,
sobre tu pecho, solitaria estrella.
Una chispita del volcán ardiente
tomó en su mano. Y te prendió en mi frente,
libre llama de Dios, libertad bella.
Dámaso Alonso.
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