Sobre tu nave -un plinto verde de algas marinas,
de moluscos, de conchas, de esmeralda estelar-,
capitán de los vientos y de las golondrinas,
fuiste condecorado por un golpe de mar,
Por ti los litorales de frentes serpentinas,
desenrollan al paso de tu arado un cantar:
-Marinero, hombre libre, que las mares declinas,
dinos los radiogramas de tu estrella Polar.
Buen marinero, hijo de los llanos del norte,
limón del mediodía, bandera de la corte
espumosa del agua, cazador de sirenas;
todos los litorales amarrados, del mundo,
pedimos que nos lleves en el surco profundo
de tu nave, a la mar, rotas nuestras cadenas.
Alberti, Marinero en tierra, poema 1.
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