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viernes, 17 de diciembre de 2021

La increíble historia de Martin Laurello

 Y pensar que todavía hay personas que no creen en el destino. Para este señor todo comenzó el día que se le rompió el espejo retrovisor del auto y no tenía dinero para comprar uno nuevo. Y, gracias a eso...

 

La increíble historia de Martin Laurello, el hombre que podía girar la cabeza 180 grados

 

Hay quienes se distinguen por su inteligencia, por su habilidad en el deporte, o por sus capacidades artísticas. Pero también, están los que se destacan por tener cualidades físicas un tanto particulares. Y hasta pasan a la historia por ello.

 

En este caso, Martin Joe Laurello quedó en la memoria popular por ser el hombre que podía girar la cabeza 180 grados. Y aunque su caso fue un gran desconcierto para el mundo científico, él se ganó la vida con su extraordinario dote físico en las ferias y circos ambulantes de Estados Unidos.

 

Nació en Nuremberg, Alemania, en el año 1885. Y se hizo popular por tener una extraña habilidad, girar su cabeza hacia atrás hasta poder mirar su espalda, como si se tratase de un búho o una lechuza. Rápidamente comenzó a trabajar en su país, en las compañías de la época que presentaban rarezas humanas por toda Europa.

 

“El búho humano":

 

Con el tiempo, Martin Emmerling (ese era su verdadero nombre) cruzó el Atlántico para probar suerte en los Estados Unidos, que para principios del siglo XX tenía una industria particularmente pujante en el mundo de los "fenómenos". Y por supuesto, no tardó en llamar la atención de los productores norteamericanos.

 

Se sumó al staff de los circos ambulantes de Ringling Bros. y Barnum & Bailey's. Se hizo muy popular en los espectáculos de la época y era la atracción principal de los escenarios. Todos querían contar con "El búho humano".

 

También solían llamarlo "Bobby, el niño de la cabeza giratoria". Su periplo por América comenzó en 1921 y aparentemente tuvo que practicar durante tres años seguidos para poder girar hacia atrás toda su cabeza. Se cree que también tuvo que dislocar algunas vértebras y tener cierta desviación en su columna pudo haberlo ayudado.

 

En el momento en que realizaba este acto podía beber un vaso de cerveza.

 

Pero esto no era lo único que lograba girar 180 grados, también podía hacerlo con otras partes de su cuerpo como, por ejemplo, con su cintura y su pie derecho. Martin era todo un hombre de circo. Pero tenía otras capacidades. Era ventrílocuo y además, tenía un perro amaestrado capaz de realizar acrobacias deslumbrantes llamado Frisco.

 

En su aventura por Estados Unidos su popularidad fue en aumento año tras año. Tuvo mucho éxito en los circos ambulantes e hizo apariciones televisivas en programas de alta audiencia. Además de trabajar en Ringling Brothers, también lo hizo en el Museo Hubert de Nueva York, en Coney Island y en Ripley, ¡aunque usted no lo crea!

 

Claro está que, las habilidades de Laurello son extraordinarias y no deben ser imitadas por el común de la sociedad ya que podría traer graves consecuencias para la salud​si alguien lo hace. Un mal movimiento podría luxar una vértebra del cuello, provocar asfixia o hasta dañar la médula espinal generando daños irreparables.

 

¿Ideología nazi?:

 

Sin embargo, su historia no deja de llamar la atención pese al paso del tiempo. Y sus habilidades nos siguen asombrando. Este hombre podía girar el cuello 180 grados y hasta beberse una copa de cerveza. Pero, no podía respirar en ese momento. Varios científicos querían saber que pasaba en su cuerpo, pero no hay registro de estudios que se le hayan hecho en el momento en que realizaba su actuación.

 

El único registro médico al respecto es la opinión de Nasher, un profesor estadounidense que relató en el New York American: “Es una notable hazaña acrobática o contorsionista. Notable por su novedad como por el persistente entrenamiento necesario para lograrla". Según él, el entrenamiento fue clave para Martin, más allá de las especulaciones sobre una lesión en su columna.

 

Durante su trabajo en Ripley's Believe It or Not! Odditorium, en la década de 1930, fue anunciado como "el único en el mundo que puede caminar en línea recta y mirar hacia atrás". Pero su vida personal no fue tan espectacular como su trabajo arriba del escenario. Se casó con Laura Precht, con quien tuvo un hijo llamado Alexander, y se divorció para emprender otro matrimonio fallido.

 

Su segunda esposa fue Emilie Wittl y tuvo dos hijos con ella. Increíblemente todo terminó con una denuncia policial por abandono conyugal y un arresto en plena actuación el 30 de abril de 1931.

 

Según el periódico The New York Times, Martin estaba de pie en una plataforma de espaldas a la multitud, mirando hacia su audiencia. Hizo un guiño a los oficiales. Ellos se lo devolvieron y luego lo arrestaron con una fianza de 500 dólares. Por otra parte, uno de los cuestionamientos más fuertes que pesaban sobre él era la de ser simpatizante del nazismo. Así lo afirmó su ex colega Percilla Bejano.

 

Al no haber radiografías de la época, es imposible saber finalmente si la habilidad de Martin fue puro entrenamiento, como él afirmaba, si se trató de vértebras "dislocadas", o de haber nacido con la columna "torcida", como manifestaban otras versiones. El misterio quedará abierto por siempre. Martin Joe Laurello falleció en 1955, a los 70 años, a causa de un infarto.

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