La familia del escritor estadounidense ha comunicado su fallecimiento a través de su página web
El escritor estadounidense Noah Gordon, autor de la famosa novela El médico, ha fallecido este lunes a los 95 años, según ha comunicado su familia en su página web oficial, que también tiene una versión en español. “Con gran tristeza, la familia de Noah Gordon anuncia que ha fallecido el 22 de noviembre de 2021 en la intimidad de su hogar”, explica el comunicado. “Noah celebró recientemente su 95 cumpleaños con mucha alegría y agradecido por la larga y fructífera vida que ha vivido. Deja un gran vacío y su memoria vivirá para siempre en su amada familia”, añade el texto. Aunque desdeñado por su condición de superventas por los mandarines de la alta literatura, Gordon tuvo millones de lectores de todo el mundo y su obra fue especialmente exitosa en España. La editorial Roca, que publicó todos sus títulos traducidos al castellano, ha mostrado en Twitter su “profunda tristeza”, no sin señalar que el autor deja a sus lectores “un legado maravilloso”.
En una entrevista concedida a este periódico hace tres años, el autor de novelas que se han convertido en superventas reconocía que su mente comenzaba a jugarle malas pasadas. A punto de cumplir los 92 años, Gordon, que publicó su última novela, La bodega, en 2007, aseguraba a EL PAÍS que ya no podía escribir porque solía olvidar palabras y, decía, a veces se despertaba en medio de la noche imaginando nuevas historias que luego no era capaz de plasmar en papel. La bodega fue una declaración de amor a España, ya que su trama se desarrolla en la Cataluña de finales del siglo XIX, en el periodo de las guerras carlistas y con el escenario de fondo de la viticultura. No fue su único guiño a España: su novela El último judío reconstruye acontecimientos históricos sucedidos en el siglo XV en la Península.
Nacido en Worcester (Massachusetts) en 1926, Gordon consiguió el éxito internacional gracias a El médico (1986), primera novela de una saga que completa con Chamán (1992) y La doctora Cole (1995) y cuyo éxito dio lugar a una película en 2013 —adaptación que satisfizo a Gordon— y un musical homónimo estrenado en España en 2018. “La vida y el trabajo de Noah han marcado la vida de millones de lectores en todo el mundo. Su obra continúa viva”, afirma la familia en la página del escritor. En realidad, Gordon era más popular en el resto del mundo que en su país natal, y por ello la película El médico, aunque rodada en inglés, fue de producción alemana y estuvo pensada para el público europeo.
Antes de consagrarse como autor superventas, Gordon consiguió un trabajo en Avon Publishing Company en Nueva York. En la Gran Manzana se casó con Lorraine Seay y cuando nació su primer hijo, regresó a Massachusetts, donde trabajó como periodista autónomo durante un año hasta convertirse en reportero de un periódico de su ciudad natal, el Worcester Telegram. En 1959, fue contratado por el Boston Herald y luego se convirtió en editor de la revista Science, de ahí su familiaridad con la medicina. Antes había sido brevemente conductor de ambulancias. Cuando escribió El médico, ya había escrito y publicado dos novelas, sendos fracasos, pero también había editado con gran éxito El rabino (1965). Las peripecias del joven doctor inglés Rob J. Cole en el siglo XI superaron sus expectativas, vendiendo más de ocho millones de ejemplares en todo el mundo y dando pie a una serie de secuelas sobre la descendencia de Cole, ambientadas en diferentes épocas de la Historia y en las que se repiten algunos elementos como el judaísmo —él mismo descendía de judíos pobres de un gueto en Rusia que llegaron a los Estados Unidos en las más adversas circunstancias—, los personajes sin familia que buscan su lugar en el mundo, y, sobre todo, la medicina.
El escritor, en 2014, explicaba en Barcelona: “En nuestra sociedad el médico ocupa un puesto parecido al que siglos atrás ocupaba el sacerdote. El médico libra la lucha más dramática que se pueda concebir, que si antes era la salvación del alma de las garras del diablo y las llamas del infierno, en nuestras sociedades secularizadas es la lucha de la inteligencia y del conocimiento humano contra la muerte. Es obvio que ese combate tiene grandes posibilidades dramáticas. Y como yo, por mis inconclusos estudios de medicina y por mi especialización profesional, conocía un poco el terreno, disponía por lo menos de una base sólida para trabajar sobre el asunto, para investigar en las bibliotecas, y también conocía a profesionales a los que podía consultar para resolver mis dudas”.
Y sobre su carrera, apuntaba: “Cuando yo era niño nadie en mi entorno tenía empleo, ni por supuesto vacaciones; todos permanecíamos en casa todo el santo día. Yo me aburría mucho. Así que mi hermana me llevó a la biblioteca pública, y así me metí en el mundo de los libros, descubrí a Chaucer y a Shakespeare y a muchos, muchos otros autores que le han aportado a mi vida mucha felicidad e inspiración”.
Aparte de otros muchos galardones internacionales, Gordon recibió premios como el Euskadi de Plata en 1992 y 1995; el premio Bocaccio en 2001 o el premio Ciudad de Zaragoza 2006 por el conjunto de su obra.
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