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martes, 2 de noviembre de 2021

CUCAR

 



CON el sentido de ‘guiñar el ojo’, aparece como la primera acepción que
la Real Academia Española le atribuye en el DRAE: «guiñar (|cerrar un
ojo momentáneamente)», mientras que María Moliner lo define, de forma
más atinada y precisa, como «Guiñar: cerrar o semicerrar un ojo para
hacer una seña», porque es verdad que a veces no se cierra del todo el
ojo que se guiña, sólo se cierra un poquito. Y también es verdad que,
cuando alguien guiña un ojo, lo hace con intención.

En todo el siglo XVIII cucar se definía como ‘hacer burla, mofar’, un
sentido que hoy se conserva vivo en América como sinónimo de provocar y
en algunas zonas de León y de Salamanca. En la parte oriental de la
Península, cucar para ‘guiñar’ no está moribunda, aunque se use menos
que hace años. Se utilizaba en la comarca de las Cinco Villas, en la
provincia de Zaragoza, en Calanda y en Bezas, de Teruel. En los pueblos
de la sierra de Albacete hay otro significado de cucar, cuando al partir
almendras se dice: «¡Ten cuidado que te vas a cucar un dedo!», en el
sentido de ‘aplastarse el dedo’. En Hellín (Albacete), se usa cucar para
‘chocar, darse un golpe con la cabeza’ y, de hecho, los coches de choque
de las ferias se llaman coches de cucones. En Albacete, además del
sentido de ‘guiñar el ojo’, hay otro uso de la palabra que está
moribundo. Hace cuarenta años, cuando los chiquillos se juntaban en la
calle y alardeaban de tener la mejor canica o el mejor tirachinas o
cualquier otra cosa, siempre había otro envidioso que contestaba: «¡Te
la cuco!», apostando que la suya era mejor, como ‘te la juego’ o ‘te la
cambio’.

En Motilla del Palancar (Cuenca), nunca se dice guiñar el ojo; lo normal
es cucar el ojo, lo mismo que en Cella, un pueblo de Teruel, igual que
se dice cucar l’ ullet en catalán.

En Soria, en Tauste y en otros lugares de Zaragoza, o en Guadalajara, se
usa cucar como ‘guiñar’. En Artà (Mallorca) ‘guiñar el ojo’ es fer una
ullada y emplean clucar para cuando se cierra uno o los dos ojos e,
incluso, cuando uno duerme o cuando uno se muere («ha clucat els ulls»).
De una persona que está muy enferma o ha muerto se dice: «Éste ya ni pía
ni cuca». En Peñaranda de Duero (Burgos) utilizan la expresión ni cucas
ni mucas, ‘ni rechistas’, para alguien que está más callado de lo
normal. Los asturianos apuntan otros sentidos de cucar, como
‘acurrucarse’, ‘dormir’, ‘mirar a hurtadillas’ y otros derivados más
picantes. Otros señalan el sentido general de cucarse la fruta por
‘agusanarse’, o el manchego de ‘irse’, cuando les dicen a los niños:
«¡Cuca, nene, a casa!», o el de Burgos, donde si cucan las avellanas, es
que ya se desprenden de la caperuza, o el de Navalmoral de la Mata,
donde los que cucan son los espárragos cuando crecen demasiado...
¡Cuántos sentidos diferentes para una misma palabra! Muy probablemente
porque cucar es una palabra expresiva y, por eso mismo, capaz de tomar
muchos sentidos distintos. Así que cucar en su sentido de ‘guiñar’ está
viva, aunque sólo en la zona oriental de la península Ibérica.


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