El retrato de Dorian Gray, un clásico sobre la esencia humana

Hoy te hablaremos sobre El retrato de Dorian Gray, esta famosa novela escrita por el autor irlandés, Oscar Wilde, y que se publicó por primera vez allá por el 20 de junio de 1890 como un cuento en Lippincott’s Monthly Magazine, que era una revista mensual literaria de los Estados Unidos. Pero al tiempo de su salida, Wilde volvería a revisar su escrito, haciéndole modificaciones y agregándole muchos más capítulos, lo que la haría modificar por completo, transformándola de un cuento largo a una novela. Esta versión modificada la publicó Ward Lock& Co, casi un año después de su primera aparición, en abril de 1891. Pero la obra de Wilde fue a su vez modificada en muchísimas oportunidades más, principalmente luego de que Charles Carrington compró los derechos de la misma y la editó en 1901, 1905 y 1908. Esta novela está considerada como una de las obras clásicas de las novelas de terror gótica. En sus primeras apariciones, el libro causó gran cantidad de controversias por los temas que abordaba y cómo lo hacía. Pero con el tiempo se convirtió en uno de los grandes clásicos mundiales de la literatura. Con una exquisita narrativa, la historia escrita por Oscar Wilde comienza contando que Basil Hallward pinta el retrato de un joven muy hermoso llamado Dorian Gray y comienza a admirar su belleza profundamente. El joven hermoso, Gray, conoce a un amigo de Basil, Lord Henry quien, en una charla que mantiene con el joven apuesto, le confiesa que, en su forma de pensar, lo único que vale la pena en el mundo y la vida es la belleza y la satisfacción de los sentidos. Dorian Gray se aventura dentro de un nuevo mundo hedonista y comienza a preocuparse por su belleza, siendo consciente de que algún día ésta desaparecerá. Es así como desea fervientemente tener para siempre la edad que tiene en el cuadro que Basil pintó. Pero este deseo cumplido traerá un sinfín de desgraciados desenlaces y mientras que Gray mantiene su belleza corporal, el cuadro va mutando y todos sus pecados y acciones se irán manifestando en el rostro del cuadro a través de una fealdad notable. Y es que el retrato le servirá a Dorian Gray como un recordatorio de que todos sus actos de lujuria y su búsqueda del placer desenfrenado, y esto recabará profundo en su alma, que se reflejará en la carga del envejecimiento de la imagen a causa de sus pecados.