Tu voz es la sentida barcarola
de la sirena que al marino aguarda;
el rumor de los bosques seculares;
el nocturno concierto de las aguas;
el arrullo risueño de la alondra
cuando saluda al despuntar el alba,
y la música alegre de la brisa
cuando el pino entre las hojas pasa;
el dulcísimo canto del zentzontle,
trovador de las selvas del Anáhuac,
y el himno misterioso de un querube;
el que luce en su frente inmaculada,
una estrella purísima y radiosa:
la estrella del amor y la esperanza,
y deja ver el cielo de la dicha
a través de las plumas de sus alas.
Poeta Mejicano (1863 - 1914)
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