“Acojona más que El Padrino y Los Soprano. Le quita todo el misticismo a la mafia, a su supuesta elegancia. Le quita los trajes caros, el código de honor y se convierten en personajes sanguinarios, peligrosos y muy cutres. Me gusta cómo lo hace, la labor de investigación. Habla del funcionamiento, de todas las conexiones con el lumpen y con el sistema establecido, con el poder. Y asusta de verdad. Las películas se han encargado de que los miremos con otra óptica. Al apartarte de eso a través de la lectura ves que es algo que está en nuestra sociedad, desde las recogidas de basura hasta la judicatura”.
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