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INDICE
1.− JUSTIFICACIÓN DEL TEMA
2.− BREVE CRONOLOGÍA DE LOS TRES PRIMEROS AÑOS
3.− POLÍTICOS MÁS DESTACADOS DE LA ÉPOCA
4.−.− DEFINICIÓN DE REPÚBLICA
5− CONTEXTO GENERAL DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA EN EL PRIMER BIENIO
6.− LA REFORMA EDUCATIVA EN EL PRIMER BIENIO
7.− LA REFORMA EDUCATIVA EN CANARIAS
8.− CONCLUSIÓN
9.−BIBLIOGRAFÍA
DEFINICIÓN DE LA REPÚBLICA
La República es un Estado, un cuerpo político. Una forma de gobierno en que el poder reside en el pueblo,
que lo delega en un jefe de Estado elegido democráticamente (bien por voto directo de los ciudadanos, bien
por el voto de un colegio). El jefe de Estado (presidente de la República) ocupa el cargo por un tiempo
determinado y no puede convertirlo ni en hereditario ni en vitalicio. La característica principal de la República
es la existencia de un conjunto de leyes fundamentales, la Constitución (aprobada también por el pueblo o por
sus representantes legítimos), que regula la vida política del país. Aunque se hable de República para designar
a las antiguas ciudades− estado griegas, o al régimen impuesto por O. Cromwell en Inglaterra (1649−1658),
sólo a partir de la consolidación del Estado Liberal como forma política es posible hablar de República en su
concepción actual, caracterizada por la figura de un jefe de Estado, y la división de poderes (ejecutivo−
presidente; legislativo− parlamento; judicial− tribunales).
Durante la Edad Media se sentaron las bases teóricas de la República, y hubo algunas tentativas y experiencias
de carácter similar a las Repúblicas actuales.
Repúblicas estables (por ejemplo EE.UU) ligadas a movimientos de la emancipación o de lucha anticatólica,
comenzaron a surgir a partir de los SS. XVII y XVIII con la lucha antimonárquica (ej. La Revolución
francesa). La idea de participación popular en el gobierno se fue asentando, primero con las ideas liberales, y
luego con las socialistas. A lo largo del SXIX el republicanismo alcanzó gran difusión (por ej. En
Latinoamérica), y ya en el S XX ha sido la forma adoptada por las antiguas colonias al independizarse. El
Estado moderno ha adoptado para la cuestión de la máxima representación del Estado, la alternativa
monárquica− república, y distingue, respecto al ejercicio del poder estatal, entre democracias y no
democracias (sistemas autoritarios, totalitarios, dictatoriales).
CONTEXTO GENERAL DE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA EN EL PRIMER BIENIO
Existía un ejercito monárquico que apoya al Rey en vez de a Primo de Rivera. Primo de Rivera dimite, el rey
encarga a Berenguer que forme gobierno y que prepare la restauración del sistema, pero el entorno del sistema
constitucional de 1876 era considerado inviable por gran parte del país como quedó plasmado en el pacto de
San Sebastián (agosto 1930) mediante el cuál políticos, socialistas, republicanos y catalanistas de izquierdas
se pusieron de acuerdo para la acción conjunta antimonárquica. Un grupo de intelectuales adictos al
republicanismo e incluso el ejército pierde su cohesión monárquica (sublevación de Jaca). Mientras, la
cuestión social se complica de nuevo. Desbordado por la situación política el gobierno no atiende a la cuestión
económica en la que se advierten los primeros síntomas de la crisis de 1929, como era imprevisible convocar
elecciones para salir de la situación creada por el estado de excepción de la dictadura se decide comenzar por
las municipales. El 12 de abril de 1931 se produce el triunfo en las grandes ciudades de la coalición
republicano− socialista: en Barcelona Esquerra republicana vence a la Lliga y en Madrid se constituye un
comité revolucionario ante cuyo ultimátum el rey decide suspender el ejercicio del poder real y salir del país.
El 14 de abril es proclamada la Segunda República Española y ésta heredará los problemas del sistema
monárquico nacional.
Cuando se proclamó la República el comité revolucionario gobernaba provisionalmente y estaba presidido por
Alcalá Zamora, cuyo programa de actuación fue: La reforma Agraria, la libertad de culto, y el respeto a la
propiedad privada.
Inmediatamente se convocan elecciones a la Cortes Constituyentes (sufragio universal para barones mayores
de veintitrés años). Antes de celebrarse las elecciones de finales de Junio tuvo grandes problemas: La quema
de conventos de Madrid, la huelga de telefónica y amenazas de la derecha que obligaron a promulgar una Ley
en defensa de la República. Alcanzaron una participación del 65% y dieron la mayoría de los escaños a los
socialistas y republicanos (partidos de izquierda y centro). Los de derechas no alcanzaron los cien escaños. En
esa época existían diez partidos de derechas,
seis izquierda y seis organizaciones obreras también de izquierdas claro está.
Uno de los avances de este periodo fue la promulgación de La Constitución de 1931.
Entre las cuestiones que se discutieron en las cortes hubo dos importantes: Las relaciones iglesia estado y la
autonomía de las regiones. Los artículos anticlericales de la Constitución defendidos por Azaña y por los
socialistas, triunfaron a pesar de la oposición de los moderados por lo que Alcalá Zamora dimitió haciéndose
cargo del gobierno provisional. La Constitución le fue aprobada en diciembre de 1931 en lo que podríamos
llamar Declaración de derechos españoles se incluía: Libertad religiosa, de expresión, reunión, asociación y
petición (derecho de toda persona a dirigir una petición al gobierno). El derecho de libre residencia, de
elección de profesión, inviolabilidad de domicilio y correspondencia. Por otro lado se suprimía todo privilegio
de clase social y riqueza lo que equivalía a anular la nobleza como entidad jurídica. Se apuntaba también la
posibilidad de socialización de la propiedad y de los principales servicios públicos aunque en definitiva de los
principales proyectos de nacionalización de la tierra las minas los bancos y los ferrocarriles nunca se llevaron
a cabo. Las Cortes según la Constitución de 1931 quedaban constituidas en un único congreso de diputados
elegidos cada cuatro años por sufragio universal también femenino. Además de sus funciones legislativas y
del apoyo al ejecutivo, las cortes debían elegir junto con un número de compromisarios igual al de diputados
elegidos por sufragio universal al presidente de la República que tendría un mandato de seis años.
La constitución había resultado un triunfo de los socialistas y de los republicanos de izquierdas dirigidos por
Azaña. Por eso estos dos grupos fueron quienes llevaron a cabo la tarea de poner en marcha la República. Las
cortes nombraron presidente a Alcalá Zamora y éste nombró jefe de gobierno a Azaña. Durante los dos
primeros años (hasta finales del 33) franquistas y socialistas intentaron encontrar solución a los principales
problemas del país. La cuestión religiosa agrandaba la separación entre derechas e izquierdas mientras los
partidos del poder se veían atacados por la derecha (pronunciamiento fracasado del general Sanjurjo, agosto
de 1932) porque pretendía hacer demasiadas reformas y desde la izquierda porque decían que reformaban
lentamente (movimiento revolucionario anarquista de la zona industrial de Llobregat en enero de 1932). Los
problemas a los que se enfrentó la República de izquierda fueron: religioso, militar, regional, social, agrario y
los de enseñanza y cultura.
RELIGIOSO: Teniendo como base la separación de la iglesia y el estado se promulgó la extinción en dos
años del presupuesto del clero y el sometimiento de las órdenes religiosas a una ley especial. A lo largo del 32
y del 33 se fueron promulgando leyes y decretos complementarios:
• Disolución de la Compañía de Jesús y confiscación de sus bienes.
• Matrimonio Civil, divorcio, secularización del cementerio.
• Prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas.
Esto último fue un fallo de previsión puesto que el estado no contaba con aulas, profesores y demás para
hacerse cargo de toda la enseñanza del país. Todo esto significó un sistema de constante oposición entre la
iglesia y la república.
PROBLEMA MILITAR: El ejército que se había mostrado abiertamente monárquico durante la crisis del 17
podría representar un peligro para el régimen republicano según Azaña. Por lo que se decidió llevar a cabo
una depuración pacífica del ejército y conseguir un régimen político desmilitarizado.
El ejército español, en ese momento tenía un exceso de oficialidad, por lo que la llamada Ley Azaña (Abril de
1931) admitía el retiro con sueldo de todos los generales y oficiales que no quisieran prestar juramento de
fidelidad a la República. Casi la mitad de los posibles beneficiarios se acogieron a la ley, con lo cuál se
disolvió el problema y además se aseguró (teóricamente la fidelidad del ejército.
PROBLEMA REGIONAL: La cuestión de la diversidad nacional dentro de España fue uno de los primeros
problemas al que tuvo que enfrentarse la República. La Constitución mencionaba la posibilidad de conceder la
autonomía a las regiones que la solicitaran y celebrado un plebiscito en Cataluña sobre el proyecto de un
estatuto regional, la población y fue favorable a él en más del 90%. Así se inicia en las cortes el estudio de
este estatuto y se alarga casi todo el 32. Fue muy debatido por la fuerza que poseían los partidos del estado
unitario. A pesar de que Azaña era un gran defensor del proyecto, el pronunciamiento de Sanjurjo contribuyó
a reforzar la posición de los izquierdistas lo que favoreció la aprobación del estatuto de Cataluña por las
cortes.
PROBLEMA SOCIAL: Los puntos esenciales de la sistemática económica de la España republicana son:
Incidencia del crack del 29 lo que repercutió en la disminución de la producción minera y en el
estancamiento de la industria textil. De ahí que cada obrero constituya uno de los elementos
dominantes entre el 31 y el 36.
La legislación laboral alcanzó gran amplitud durante los dos primeros años de gobierno de la
República siendo ministro de trabajo el socialista Largo Caballero:
•
• Se aprobaron las leyes de jornada máxima
• Contratación laboral
• Patronos mixtos
• Accidentes en agricultura
• Regulación del derecho a la huelga.
PROBLEMA AGRARIO: Junto con la autonomía de Cataluña la cuestión de la reforma agraria fue el otro
gran problema debatido por las cortes a lo largo del 32 y aprobado también como contestación al
pronunciamiento de Sanjurjo. El gobierno provisional había promulgado durante el 31 varios decretos
encaminados a evitar una posible insurrección en el campo y a preparar la Reforma Agraria:
• Congelación de arrendamientos.
• Jornada laboral de ocho horas.
• Métodos de contratación de trabajadores, etc.
Posteriormente la ley de reforma agraria estableció la expropiación con indemnización de las grandes fincas
que no fueran cultivadas por sus dueños así como las incultas (no cultivadas) y las de regadío no regadas para
ser repartidas entre familias de campesinos o entre colectividades de agricultores. Las tierras de la nobleza y
las que habían participado en el pronunciamiento de Sanjurjo fueron confiscadas con indemnización. Para
llevar a cabo la redistribución de las tierras se creó el instituto de reforma agraria del que dependían las juntas
provinciales y las comunidades de campesinos. Se otorgó al instituto un crédito anual de 50 millones de
pesetas y se proyectó asentar anualmente 60 a 75000 campesinos. El mecanismo de actuación fue el siguiente:
Las tierras expropiadas o confiscadas pasaban a ser propiedad del instituto que las transfería a las juntas
provinciales que a su vez las entregaban a las comunidades de campesinos para su explotación colectiva o
individual, según lo hubieran decidido previamente los campesinos. Los problemas que se presentaron fueron
numerosos y graves sin contar con la oposición de los terratenientes expropiados o confiscados. En definitiva,
en vez de los 60000 campesinos por año, después de dos años de actuación del Instituto sólo se rebasaron los
12000 y esta reforma esperada se convirtió en una cuestión de difícil solución.
A mediados del 33 eran evidentes los síntomas de inestabilidad a pesar de los logros en estos dos años de
República de izquierdas. Especialmente conflictiva era la cuestión de la Reforma Agraria cuya lentitud
originó algunos levantamientos de matiz anarquista como el que tuvo lugar en Casas Viejas (Cádiz) cuya dura
represión hizo tambalear el gobierno de Azaña. Mientras, los radicales comenzaban su colaboración con la
CEDA (la representación política de la iglesia dirigida por Gil Robles). En Septiembre del 33 Azaña dimitió
como jefe del gobierno a causa de la oposición parlamentaria y el presidente de la República Alcalá Zamora
decidió convocar nuevas elecciones.
Y como no, hemos dejado todo lo relacionado con LA EDUCACIÓN para explicarlo en un apartado distinto a
la de las demás reformas ya que será este el núcleo de nuestro trabajo.
LA REFORMA EDUCATIVA EN EL PRIMER BIENIO
"El profesor empieza por la escuela, por la escuela socializada, por la escuela no como elemento de acción
directa para la formación de juventudes con arreglo a un plan definido, solamente, sino, antes como
vocación, como instrumento elaborado ya en anticipo por la energía vocacional creadora"
Fernando de los Ríos. Profesor de Derecho Público La Prensa. 8 de Mayo de 1931. Pag 2.
Uno de los primeros objetivos de la República fue la erradicación del analfabetismo a través del
acrecentamiento de centros docentes públicos a través de las ideas expuestas por determinados docentes de
acuerdo con principios metodológicos activos renovados.
La educación era una necesidad básica para el nuevo gobierno, ya que el 85% de los campesinos y el 30% de
los que habitaban en la ciudad eran analfabetos.
A finales de 1930 existían 745 escuelas nacionales y en 1933 se habían creado 1067 más, 143 en Las Palmas y
179 en Tenerife.
Los proyectos iniciales de creación de plazas escolares se vieron frenadas por la falta de presupuesto, pero aún
así se incrementaron.
A esto hay que sumarle el problema de los maestros. El objetivo de la República era crear escuelas, pero no se
tuvo en cuenta la cantidad de docentes con los que se contaban. El número de profesionales era muy inferior a
las ansias de expansión que se tenía, así que se hicieron muchas convocatorias y cursos de formación para
incrementar dichas plazas.
Así el Consejo de Ministros aprobó un anunciado decreto sobre creación de cursillos especiales para la
selección de maestros.
INGRESO MAGISTERIO PRIMARIO: Se hacía mediante cursillos. Las escuelas normales de maestros y
maestras serán los organismos natos para la realización de esa misión selectiva. Se confiaron la función
calificadora a tribunales provinciales formados por profesores, inspectores de primaria, enseñanza y maestros
nacionales (uno de cada sexo) de la provincia designada por los claustros, por el Consejo Provincial de
inspección y por las apreciaciones de maestros. Los cursillos constaron de:
• Clases de Pedagogía.− Letras, Ciencias, enseñanzas, auxiliares y de escuelas Normales y Primarias.
• Prácticas de enseñanza por los aspirantes al magisterio.
• Lecciones de orientación cultural y pedagógica.
Las clases duraban treinta días. La organización y la metodología estaban confiadas a los inspectores los
cuales tenían que hacer una observación en una libreta tras cada jornada.
El periódico La Prensa el 5 de Agosto de 1931 nos informa sobre las causas de selección del profesorado en
aquella época, decía así:
"Los documentos que han de ir preparando los aspirantes a maestros para los cursos de selección son los
siguientes:
Instancia dirigida al rector del distrito universitario en la que se señale la provincia en la que desee actuar el
aspirante; copia certificada del título profesional; certificado médico de que el aspirando no padece
enfermedad contagiosa; acta de nacimiento para probar la edad y naturaleza del aspirante y certificado del
registro de rebeldes como que se haya capacitado para ejercer cargo público"
Renovaron todo lo que era el magisterio. En estas pruebas de selección a todos los maestros que teniendo más
de cuarenta años quisieran seguir ejerciendo les inutilizaron el título para ejercer oficialmente. De esta forma
evitaban que se "contaminaran" de viejas teorías el sistema educativo, favoreciendo así la renovación del
mismo.
En Canarias se pusieron a la vez otra serie de requisitos.
"A los maestros que solicitan regentar escuelas interinamente, se les recuerda:
Primero.− Que las instancias se relacionan mensualmente, pudiéndolas presentar los días hábito, pero no
surtirán efecto hasta el día 11 siguiente a su recepción.
Segundo.− Que la preferencia que se ha de tener en cuenta al extender los nombramientos será la de isla o
islas. La de localidad es relativa y no podrán hacerla valer los interesados.
Tercero.− Que las renuncias habrán de hacerse antes de la propuesta del maestro, el cuál anulará su
instancia por medio de oficio, dirigido al señor presidente.
Cuarto.− Que de que un maestro sea propuesto tiene que posesionarse de su escuela y no renunciarla. Sólo
en caso de enfermedad certificada por el médico y conformándose este consejo podrá el maestro renunciar a
su destino sin incurrir en la pena señalada.
El secretario, Fco. Delgado. (La prensa, 5 de Agosto de 1931).
En este apartado hemos abordado el tema de la educación desde un plano general, común a toda España. En
las próximas páginas haremos hincapié en los aspectos fundamentales acontecidos en Canarias con respecto a
la implantación de lo que se llamó en su momento la Reforma Educativa.
LA REFORMA EDUCATIVA EN CANARIAS
En 1910 se señalaba que a Canarias de las 527 escuelas que le correspondían en conformidad con los
requisitos de la Ley de 1857, le faltaban por crearse 300. Lo que quiere decir que en 57 años se construyeron
tan solo 227 escuelas.
Ese dato de enorme interés se completa con la realidad de 1930. Unas 400 escuelas, en su mayoría más
dotadas deberían afrontar a unos 54600 niños en edad escolar, de los cuales sólo unos 16000 asisten a clase
con normalidad. Es decir faltan unas 965 escuelas públicas.
Sosa Acevedo, en sus colaboraciones de prensa durante 1929 y 1930 apuntaba la urgente necesidad de iniciar
"...La cruzada con el analfabetismo y la taberna..." No dejaba de tener razón el entonces dirigente socialista
del Valle de la Orotava, ante la penosa realidad sociocultural de las islas.
Aunque las estadísticas existen no son absolutamente fiables, el porcentaje de analfabetismo a principios de
1931 puede cifrarse entre un 30 y un 40%, por otro lado, casi la mitad de la población infantil carecía de
escolaridad afectiva. Esto y otros indicadores que podrían buscarse ponen de relieve la verdadera faz de la
dictadura, que en seis años de gobierno prácticamente no abordó el problema de la instrucción pública, no
hizo más que seguir la tónica general de la monarquía en cuyo último presupuesto− el de 1930− se destinaban
solamente 6.5 millones de pesetas a construcciones escolares, sin que ni siquiera una cantidad tan menguada
llegara a invertirse en la realidad.
En 1935, el Consejo Local de primera enseñanza, en el norte de Tenerife, publicaba el resultado de su
investigación que ofrecerá la constatación de que "...el 75% de los padres no envían a sus hijos a la escuela
por egoísmo ç; un 17% por ignorancia; y el 8% por necesidad..."
La creación de la Unión del Magisterio Tinerfeño en 1933, coincidente con la aparición de Obreros de la
Cultura, órgano de la FETE−UGT, plantea la urgente necesidad de afrontar la grave situación educativa. Para
este órgano sindical se hace necesario al propiciar "...no reformas, sino transformaciones profundas..." que
frente a la educación religiosa promoviera la enseñanza "...única, laica, popular y democrática..."
La enseñanza media no dejaba de generar similares inquietudes. Con apenas 2000 alumnos anuales y con un
deficitario rendimientos educativos situaba a las Islas en los últimos lugares del Estado.
A nivel nacional, como hemos dicho antes, se hizo un vasto programa de escolarizar España, se adoptó un
plan quinquenal por la cifra ya mencionada de 27000 escuelas, y para la financiación se autorizó por las
Cortes una primera inversión de 400 millones de pesetas. Además del Estado hubo que recabar la ayuda así
como el 50% al 75% de la inversión en edificios. Por su parte, el Estado se hacía cargo del resto de inversión,
de la retribución de los maestros y de los demás gastos de funcionamiento.
Con este programa, durante el primer año de la República se construyeron 7000 escuelas. El ritmo se aminoró
desde Octubre de 1931 al pasar a la cartera de instrucción pública el socialista Fernando de los Ríos, por
razones presupuestarias y por simple necesidad de reabsorber todo el proceso de crecimiento anterior, limitó
el programa de construcciones pero puso el énfasis en otros aspectos educativos de no menos transcendencia.
El principal de ellos fue la selección de maestros. A tal fin se convocó un gran concurso con el que se dio
entrada a 7000 nuevos maestros nacionales. Una afluencia tan masiva y súbita sólo resultó viable por la
resignificación de la enseñanza primaria y por la elevación de un 50% de los sueldos.
Según Ramos Oliveira el ritmo de construcciones escolares durante el primer bienio evolucionó como sigue
(un número de aulas):
1931......7000
1932......2580
1933......3990
Durante el periodo cubierto por los gobiernos Azaña se construyeron más escuelas que las puestas en marcha
por la monarquía en casi un tercio de siglo.
Junto con estas construcciones escolares también se incorporó una idea novedosa, y era la importancia que se
le empezó a dar a la alimentación infantil, verdaderamente desastrosa en la mayoría de las zonas rurales. A tal
efecto, se crearon cantinas escolares anexas a las escuelas para facilitar a los niños complementos
alimenticios.
Los programas de enseñanza primaria y secundaria del Gobierno Provisional y del primer bienio se
complementaron con una serie de importantes innovaciones, que de haber persistido habrían llegado a
representar una indudable mejora de la situación educacional y cultural de España. Entre ellas hemos de
mencionar, por lo menos, los consejos de enseñanza, la educación nocturna, las bibliotecas ambulantes, las
misiones pedagógicas, y la creación de nuevos centros de investigación y cultura.
Por decreto del 9 de Junio de 1931 se crearon el Consejo de Primera Enseñanza, el Consejo Universitario, Los
Consejos Provinciales y los Consejos Locales, en un intento de coordinar la enseñanza tanto en sentido
vertical como horizontal. En los Consejos se dio entrada a representantes de las familias de los educandos y a
diversas instituciones y coordinadores.
Aunque todos los consejos no funcionaban con idéntica eficacia, lo cierto es que muchos de ellos
representaron el germen de desarrollos educacionales sorprendentes. En algunas provincias donde el peso de
la fuerza políticas representaban mejor a la mayoría en el gobierno, los esfuerzos de los ayuntamientos
tuvieron resultados sencillamente espléndidos.
Por otro lado, una orden del ministerio de instrucción pública del 1 de Diciembre de 1932, abrió una gran
posibilidad para el futuro. Se trataba de facilitar el acceso a la educación a los adultos analfabetos o que
quisieron perfeccionar su formación. Una iniciativa que permaneció largo tiempo hasta un resurgimiento en la
década de 1950.
Otra iniciativa de extender la cultura a los núcleos de población más atrasados fueron las más de 5000
bibliotecas ambulantes que se pusieron en marcha. Pero fue, sin duda, con las misiones pedagógicas como la
joven República mostró sus mejores intenciones de ir transformando lo más rápido posible el tejido de
ignorancia y oscurantismo que hasta entonces había cubierto el país.
Por último, la República creó una serie de Instituciones destinadas a impulsar el desarrollo de la investigación
científica y de la cultura. Nacieron así en Instituto de Investigaciones Científicas, la Escuela de Estudios
Árabes, el Instituto para la Investigación y publicaciones de fuentes de la Historia Medieval de España, y la
sección de Pedagogía de la Universidad de Madrid. Por primera vez se relacionaba a la Universidad con los
problemas específicos de la docencia, en un Institución que hasta 1969, al crearse los Institutos de la
Educación fue de facto el único centro de formación de especialistas en la enseñanza.
CONCLUSIÓN
En definitiva la República venía a romper esa inercia histórica y a poner en marcha un programa moderno de
"educación para todos". Que en ese programa hubiese errores era algo lógico por la envergadura de la
empresa, y por la premiosidad en alcanzar resultados con que superar una situación de auténtica tragedia
nacional heredada del pasado.
Estos avances se ensombrecieron con el acceso de las derechas al gobierno tras el triunfo electoral de
Noviembre de 1933. El presupuesto de instrucción pública creció con mucha lentitud; sustancialmente se
estaba volviendo a la tesis subyacente de que educar al pueblo podía ser pésimo negocio para los mediocres
propósitos de la oligarquía dominante.
La República, al menos en su primer bienio, hizo muchas cosas positivas, y de hecho muy progresistas como
es el caso que nos ocupa, la educación. De hecho si comparamos los artículos destinados a la educación de la
Constitución de 1931 y los de nuestra actual Carta Magna nos daremos cuenta de que en la década de los
treinta se tenía una perspectiva mucho más progresista de lo que a nuestro tema se refiere. En su afán de
separar la iglesia de las escuelas, en la Constitución del 31 se prohibe dar clases de ninguna de las religiones
ya que para ello ya tiene éstas sus edificios y lugares asignados a tal efecto, mientras que en la Constitución
actual se recoge el derecho de los padres de que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que ellos
crean oportuno (no lo dice con estas palabras pero hacemos un interpretación libre). Total que al final todos
hemos tenido que dar sólo y exclusivamente religión Católica o ir a Ética. En la República esto no hubiera
sucedido. Lo que ocurre es que después de la subida al poder de la CEDA y compañía y más tarde la toma del
poder del General Franco, nos sumieron en una concepción tan pobre como básica de lo que realmente
significa la educación y lo verdaderamente importante que es ésta para la sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
Brito González, O. (1989).− La segunda República. Centro de la cultura Popular Canaria. Tenerife.
Ferraz Lorenzo. M. (1996).− Las pautas de la enseñanza republicana en el contexto económico y social del
Archipiélago canario. Revista de Educación. Num. 311. Pags 355−376.
Tamaro, R.− Historia de España. Alfaguara VII. Alianza Universidad.
VV.AA (1988).− Gran Diccionario enciclopédico Plaza. Plaza & Janes Editores. Barcelona. Tomo. XVI.
Direcciones de Internet consultadas:
www.altavista.com ( buscar II República española)
www.yahoo.com (misma búsqueda)
www.ole.com (misma búsqueda)
www.eresmas.com (def. república)
Fuentes gráficas consultadas:
La Prensa. Todos los periódicos comprendidos entre los años 1931−1933.
Historia y educación en Canarias
LA REFORMA EDUCATIVA
EN EL PRIMER BIENIO DE LA SEGUNDA REPÚBLICA ESPAÑOLA
Hemos elegido el tema de la segunda República española, tratando más concretamente la Reforma educativa ,
centrándonos en el primer bienio y, por supuesto, haciendo hincapié en lo que supuso esta nueva forma de
entender la educación para nuestro Archipiélago.
En un principio pensamos en hacer un trabajo sobre la época franquista, pero al final, nos dimos cuenta que en
la República íbamos a encontrar muchos aspectos innovadores y que eso enriquecería más nuestra perspectiva
de futuras (esperamos que con este trabajo ya no seamos futuras, sino, de hecho, pedagogas) profesionales
dentro de este campo. En efecto ha sido así, hemos encontrado muchas cosas que aún hoy en pleno siglo
veintiuno nos han hecho reflexionar sobre la precariedad de nuestra Constitución en lo que a educación se
refiere si la comparamos con las descritas en la Carta Magna de 1931.
A modo de anécdota hemos tenido como referencia una vivencia que tuvo una de nosotras en Escocia.
Hablando con un chico católico de aquella zona me dijo que nosotros los españoles le debíamos mucho a
Franco, porque si los republicanos hubieran ganado la Guerra Civil no hubieran tenido ningún tipo de
programa para sacar a España adelante y nos hubiéramos hundido en el retraso y la precariedad.
Efectivamente ahora tenemos claro que aquellas palabras sólo las podía pronunciar alguien que no vivió la
época franquista, que lo ha leído en un libro que un día le recomendó un heredero de la dictadura, y que no
sabía nada de lo que nosotras hemos tratado de exponer en este trabajo, de los avances que se hicieron en este
país en aquellos años, del entusiasmo a la hora de hacer partícipe a un pueblo de una nueva manera de
entender el mundo, y el ejemplo claro de convivencia y tolerancia, rota años más tarde por el que hizo del
silencio y la ignorancia "santo y seña" de este país llamado España.
1998 por Paya Frank
[Cuento - Texto completo.]
Leopoldo LugonesHe aquí cómo refirió el peregrino la verdadera historia del monje Sosistrato:
-Quien no ha pasado alguna vez por el monasterio de San Sabas, diga que no conoce la desolación. Imaginaos un antiquísimo edificio situado sobre el Jordán, cuyas aguas saturadas de arena amarillenta, se deslizan ya casi agotadas hacia el Mar Muerto, por entre bosquecillos de terebintos y manzanos de Sodoma. En toda aquella comarca no hay más que una palmera cuya copa sobrepasa los muros del monasterio. Una soledad infinita, sólo turbada de tarde en tarde por el paso de algunos nómadas que trasladan sus rebaños; un silencio colosal que parece bajar de las montañas cuya eminencia amuralla el horizonte. Cuando sopla el viento del desierto, llueve arena impalpable; cuando el viento es del lago, todas las plantas quedan cubiertas de sal. El ocaso y la aurora se confunden en una misma tristeza. Sólo aquellos que deben expiar grandes crímenes, arrostran semejantes soledades. En el convento se puede oír misa y comulgar. Los monjes que no son ya más que cinco, y todos por lo menos sexagenarios, ofrecen al peregrino una modesta colación de dátiles fritos, uvas, aguas del río y algunas veces vino de palmera. Jamás salen del monasterio, aunque las tribus vecinas los respetan porque son buenos médicos. Cuando muere alguno, le sepultan en las cuevas que hay debajo a la orilla del río, entre las rocas. En esas cuevas anidan ahora parejas de palomas azules, amigas del convento; antes, hace ya muchos años, habitaron en ellas los primeros anacoretas, uno de los cuales fue el monje Sosistrato cuya historia he prometido contaros. Ayúdeme nuestra Señora del Carmelo y vosotros escuchad con atención. Lo que vais a oír me lo refirió palabra por palabra el hermano Porfirio, que ahora está sepultado en una de las cuevas de San Sabas, donde acabó su santa vida a los ochenta años en la virtud y la penitencia. Dios le haya acogido en su gracia. Amén.
Sosistrato era un monje armenio, que había resuelto pasar su vida en la soledad con varios jóvenes compañeros suyos de vida mundana, recién convertidos a la religión del crucificado. Pertenecía, pues, a la fuerte raza de los estilitas. Después de largo vagar por el desierto, encontraron un día las cavernas de que os he hablado y se instalaron en ellas. El agua del Jordán, los frutos de una pequeña hortaliza que cultivaban en común, bastaban para llenar sus necesidades. Pasaban los días orando y meditando. De aquellas grutas surgían columnas de plegarias, que contenían con su esfuerzo la vacilante bóveda de los cielos próxima a desplomarse sobre los pecados del mundo. El sacrificio de aquellos desterrados, que ofrecían diariamente la maceración de sus carnes y la pena de sus ayunos a la justa ira de Dios, para aplacarla, evitó muchas pestes, guerras y terremotos. Esto no lo saben los impíos que ríen con ligereza de las penitencias de los cenobitas. Y sin embargo, los sacrificios y oraciones de los justos son las claves del techo del universo.
Al cabo de treinta años de austeridad y silencio, Sosistrato y sus compañeros habían alcanzado la santidad. El demonio, vencido, aullaba de impotencia bajo el pie de los santos monjes. Estos fueron acabando sus vidas uno tras otro, hasta que al fin Sosistrato se quedó solo. Estaba muy viejo, muy pequeñito. Se había vuelto casi transparente. Oraba arrodillado quince horas diarias, y tenía revelaciones. Dos palomas amigas traíanle cada tarde algunos granos de granada y se los daban a comer con el pico. Nada más que de eso vivía; en cambio olía bien como un jazminero por la tarde. Cada año, el viernes doloroso, encontraba al despertar, en la cabecera de su lecho de ramas, una copa de oro llena de vino y un pan con cuyas especies comulgaba absorbiéndose en éxtasis inefables. Jamás se le ocurrió pensar de dónde vendría aquello, pues bien sabía que el señor Jesús puede hacerlo. Y aguardando con unción perfecta el día de su ascensión a la bienaventuranza, continuaba soportando sus años. Desde hacía más de cincuenta, ningún caminante había pasado por allí.
Pero una mañana, mientras el monje rezaba con sus palomas, éstas asustadas de pronto, echaron a volar abandonándole. Un peregrino acababa de llegar a la entrada de la caverna. Sosistrato, después de saludarle con santas palabras, le invitó a reposar indicándole un cántaro de agua fresca. El desconocido bebió con ansia como si estuviese anonadado de fatiga; y después de consumir un puñado de frutas secas que extrajo de su alforja, oró en compañía del monje.
Transcurrieron siete días. El caminante refirió su peregrinación desde Cesarea a las orillas del Mar Muerto, terminando la narración con una historia que preocupó a Sosistrato.
-He visto los cadáveres de las ciudades malditas -dijo una noche a su huésped-. He mirado humear el mar como una hornalla, y he contemplado lleno de espanto a la mujer de sal, la castigada esposa de Lot. La mujer está viva, hermano mío, y yo la he escuchado gemir y la he visto sudar al sol del mediodía.
-Cosa parecida cuenta Juvencus en su tratado De Sodoma -dijo en voz baja Sosistrato.
-Sí, conozco el pasaje -añadió el peregrino-. Algo más definitivo hay en él todavía; y de ello resulta que la esposa de Lot ha seguido siendo fisiológicamente mujer. Yo he pensado que sería obra de caridad libertarla de su condena…
-Es la justicia de Dios -exclamó el solitario.
-¿No vino Cristo a redimir también con su sacrificio los pecados del antiguo mundo? -replicó suavemente el viajero que parecía docto en letras sagradas-. ¿Acaso el bautismo no lava igualmente el pecado contra la Ley que el pecado contra el Evangelio?…
Después de estas palabras, ambos se entregaron al sueño. Fue aquélla la última noche que pasaron juntos. Al siguiente día el desconocido partió, llevando consigo la bendición de Sosistrato, y no necesito deciros que, a pesar de sus buenas apariencias, aquel fingido peregrino era Satán en persona.
El proyecto del maligno fue sutil. Una preocupación tenaz asaltó desde aquella noche el espíritu del santo. ¡Bautizar la estatua de sal, liberar de su suplicio aquel espíritu encadenado! La caridad lo exigía, la razón argumentaba. En esta lucha transcurrieron meses, hasta que por fin el monje tuvo una visión. Un ángel se le apareció en sueños y le ordenó ejecutar el acto.
Sosistrato oró y ayunó tres días, y en la mañana del cuarto, apoyándose en su bordón de acacia, tomó, costeando el Jordán, la senda del Mar Muerto. La jornada no era larga, pero sus piernas cansadas apenas podían sostenerle. Así marchó durante dos días. Las fieles palomas continuaban alimentándole como de ordinario, y él rezaba mucho, profundamente, pues aquella resolución afligíale en extremo. Por fin, cuando sus pies iban a faltarle, las montañas se abrieron y el lago apareció.
Los esqueletos de las ciudades destruidas iban poco a poco desvaneciéndose. Algunas piedras quemadas, era todo lo que restaba ya: trozos de arcos, hileras de adobes carcomidos por la sal y cimentados en betún… El monje reparó apenas en semejantes restos, que procuró evitar a fin de que sus pies no se manchasen a su contacto. De repente, todo su viejo cuerpo tembló. Acababa de advertir hacia el sur, fuera ya de los escombros, en un recodo de las montañas desde el cual apenas se los percibía, la silueta de la estatua.
Bajo su manto petrificado que el tiempo había roído, era larga y fina como un fantasma. El sol brillaba con límpida incandescencia, calcinando las rocas, haciendo espejear la capa salobre que cubría las hojas de los terebintos. Aquellos arbustos, bajo la reverberación meridiana, parecían de plata. En el cielo no había una sola nube. Las aguas amargas dormían en su característica inmovilidad. Cuando el viento soplaba, podía escucharse en ellas, decían los peregrinos, cómo se lamentaban los espectros de las ciudades.
Sosistrato se aproximó a la estatua. El viajero había dicho verdad. Una humedad tibia cubría su rostro. Aquellos ojos blancos, aquellos labios blancos, estaban completamente inmóviles bajo la invasión de la piedra, en el sueño de sus siglos. Ni un indicio de vida salía de aquella roca. ¡El sol la quemaba con tenacidad implacable, siempre igual desde hacía miles de años, y sin embargo, esa efigie estaba viva puesto que sudaba! Semejante sueño resumía el misterio de los espantos bíblicos. La cólera de Jehová había pasado sobre aquel ser, espantosa amalgama de carne y de peñasco. ¿No era temeridad el intento de turbar ese sueño? ¿No caería el pecado de la mujer maldita sobre el insensato que procuraba redimirla? Despertar el misterio es una locura criminal, tal vez una tentación del infierno. Sosistrato, lleno de congoja, se arrodilló a orar en la sombra de un bosquecillo…
Cómo se verificó el acto, no os lo voy a decir. Sabed únicamente que cuando el agua sacramental cayó sobre la estatua, la sal se disolvió lentamente, y a los ojos del solitario apareció una mujer, vieja como la eternidad, envuelta en andrajos terribles, de una lividez de ceniza, flaca y temblorosa, llena de siglos. El monje que había visto al demonio sin miedo, sintió el pavor de aquella aparición. Era el pueblo réprobo lo que se levantaba en ella. ¡Esos ojos vieron la combustión de los azufres llovidos por la cólera divina sobre la ignominia de las ciudades; esos andrajos estaban tejidos con el pelo de los camellos de Lot; esos pies hollaron las cenizas del incendio del Eterno! Y la espantosa mujer le habló con su voz antigua. Ya no recordaba nada. Sólo una vaga visión del incendio, una sensación tenebrosa despertada a la vista de aquel mar. Su alma estaba vestida de confusión. Había dormido mucho, un sueño negro como el sepulcro. Sufría sin saber por qué, en aquella sumersión de pesadilla. Ese monje acababa de salvarla. Lo sentía. Era lo único claro en su visión reciente. Y el mar… el incendio… la catástrofe… las ciudades ardidas… todo aquello se desvanecía en una clarividente visión de muerte. Iba a morir. Estaba salvada, pues. ¡Y era el monje quien la había salvado! Sosistrato temblaba, formidable. Una llama roja incendiaba sus pupilas. El pasado acababa de desvanecerse en él, como si el viento de fuego hubiera barrido su alma. Y sólo este convencimiento ocupaba su conciencia: ¡la mujer de Lot estaba allí! El sol descendía hacia las montañas. Púrpuras de incendio manchaban el horizonte. Los días trágicos revivían en aquel aparato de llamaradas. Era como una resurrección del castigo, reflejándose por segunda vez sobre las aguas del lago amargo. Sosistrato acababa de retroceder en los siglos. Recordaba. Había sido actor en la catástrofe. Y esa mujer… ¡esa mujer le era conocida!
Entonces un ansia espantosa le quemó las carnes. Su lengua habló, dirigiéndose a la espectral resucitada:
-Mujer, respóndeme una sola palabra.
-Habla… pregunta…
-¿Responderás?
-Sí, habla; ¡me has salvado!
Los ojos del anacoreta brillaron, como si en ellos se concentrase el resplandor que incendiaba las montañas.
–Mujer, dime qué viste cuando tu rostro se volvió para mirar.
Una voz anudada de angustia, le respondió:
-Oh, no… ¡Por Elohim, no quieras saberlo!
-¡Dime qué viste!
-No… no… ¡Sería el abismo!
-Yo quiero el abismo.
-Es la muerte…
-¡Dime qué viste!
-¡No puedo… no quiero!
-Yo te he salvado.
-No… no…
El sol acababa de ponerse.
-¡Habla!
La mujer se aproximó. Su voz parecía cubierta de polvo; se apagaba, se crepusculizaba, agonizando.
-¡Por las cenizas de tus padres!…
-¡Habla!
Entonces aquel espectro aproximó su boca al oído del cenobita, y dijo una palabra. Y Sosistrato, fulminado, anonadado, sin arrojar un grito, cayó muerto. Roguemos a Dios por su alma.
FIN
![]() Inteligencia artificial: transformaciones y retos en el sector editorial. Bogotá: Cerlalc, 2021 En los últimos años se ha discutido ampliamente sobre los avances y consecuencias de los recientes desarrollos en inteligencia artificial. El más reciente dosier del Cerlalc trae la cuestión sobre la IA al mundo editorial y la gestión del derecho de autor. A través de los ensayos de expertos en la materia, se exploran el estado actual y las fronteras de la IA, su implicación en las definiciones autoría y titularidad, y su relación con diversos procesos editoriales y de protección de datos de consumidores. En conjunto, el dosier brinda una mirada específica sobre la IA y las posibles transformaciones y retos que supone para el sector de nuestra región. Julio Alonso Arévalo | mayo 5, 2021 a las 11:03 am | Etiquetas: Editoriales, Industria editorial, Inteligencia artificial, Libros, Libros electrónicos | Categorías: Libros, Libros electrónicos | URL: https://wp.me/p72Cm4-r9K |