Tus ojos me miraron y en bello oriente, un astro me mostraron resplandeciente. Pagó tu labio bello mi amor sumiso, y el astro fue destello del paraíso.
Mas en vano encendiste mi grato anhelo, y a la tierra trajiste la luz del cielo, si en breve has apagado mi sol querido y en sombras me ha dejado tu yerto olvido.
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