lunes, 22 de diciembre de 2025

Estado físico de las bibliotecas públicas en Estados Unidos, sus necesidades de mantenimiento y los desafíos

 


U.S. Government Accountability Office (2025). Public Libraries: Many Buildings Are Reported to Be in Poor Condition, with Increasing Deferred Maintenance (GAO-26-107262). Recuperado de https://www.gao.gov/products/gao-26-107262

A partir de una encuesta representativa a aproximadamente 16 400 bibliotecas públicas distribuidas en los 50 estados, el Distrito de Columbia y cuatro territorios, la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno concluye que una proporción significativa de edificios presenta problemas estructurales, sistemas deteriorados y barreras físicas que afectan tanto a su operación como a la accesibilidad para personas con discapacidad.

El estudio detalla que cerca del 38 % de las bibliotecas (aproximadamente 6 000) reportan que al menos uno de los sistemas clave del edificio —como calefacción, ventilación o aire acondicionado (HVAC)— se encuentra en condición deficiente, lo que puede dificultar el uso seguro y eficaz de los espacios. Más aún, alrededor del 61 % (unos 9 800) identificaron que al menos un elemento de la infraestructura representa una preocupación de salud o seguridad, incluyendo problemas de accesibilidad física o diseños que no cumplen con las necesidades de todos los usuarios.

Una parte importante del informe subraya que el financiamiento federal está principalmente orientado a programas, servicios y actividades de las bibliotecas —no a la construcción ni a reparaciones de estructuras físicas—, lo que deja a la mayoría de los proyectos de mantenimiento en manos de recursos estatales o locales. Las bibliotecas encuestadas destacaron que el costo de construcción y reparación, junto con la falta de fondos suficientes, son los principales obstáculos para abordar eficazmente estas necesidades. Por ejemplo, algunos bibliotecarios entrevistados estimaron costos de decenas de miles de dólares sólo para renovar sistemas HVAC o eliminar materiales peligrosos como el asbesto.

El reporte de la GAO también identifica que una gran proporción de bibliotecas tienen acumulado un “mantenimiento diferido” significativo, es decir, tareas de reparación y mejoras que han sido postergadas por falta de recursos. Se estima que aproximadamente el 70 % de las bibliotecas enfrentan un volumen considerable de mantenimiento pendiente que probablemente persistirá o incluso aumentará en los próximos tres años si no crecen las inversiones destinadas a estas instalaciones. Esta situación se presenta de manera más crítica en bibliotecas pequeñas, rurales o con menor base impositiva local, que dependen de fondos limitados para sostener su infraestructura.

En conjunto, el informe de la GAO advierte que, aunque las bibliotecas públicas siguen cumpliendo roles esenciales como espacio para la lectura, la educación, tecnología comunitaria, servicios de emergencia y centros de votación, las condiciones físicas deterioradas y la falta de inversión en mantenimiento continuado representan una amenaza para su capacidad de servir plenamente a la comunidad. La Oficina de Rendición de Cuentas recomienda políticas que faciliten mayores oportunidades de financiación y estrategias de planificación para garantizar que las bibliotecas puedan actualizar y mantener edificios seguros, accesibles y funcionales.

¿Las prohibiciones de teléfonos móviles en las escuelas ayudan a los estudiantes a rendir mejor?

 


Wharton School, Knowledge at Wharton. “Do School Cell Phone Bans Help Students Do Better?” Knowledge at Wharton, Universidad de Pensilvania, publicado en línea. https://knowledge.wharton.upenn.edu/article/do-school-cell-phone-bans-help-students-do-better/

Basado en más de 20 000 encuestas de educadores recopiladas a través del proyecto Phones in Focus, los datos iniciales muestran que las políticas más estrictas de prohibición de teléfonos en los centros educativos se asocian con menos distracciones y una mayor satisfacción docente, ya que los profesores reportan menos interrupciones a la hora de enseñar y una reducción de la atención del alumnado hacia sus dispositivos en momentos académicos.

Los encuestados, compuestos mayoritariamente por docentes de educación primaria y secundaria, señalan que las prohibiciones totales durante el horario escolar ayudan a disminuir las distracciones y a indirectamente favorecer un clima más centrado en el aprendizaje. Duckworth explica que cuando los teléfonos están completamente fuera del aula y no disponibles, los estudiantes tienden a interactuar más entre sí y a concentrarse en el trabajo escolar, lo cual mejora el ambiente general de la clase y la percepción de efectividad pedagógica.

No obstante, el artículo también matiza que los resultados son aún preliminares: los investigadores planean correlacionar las respuestas de la encuesta con medidas objetivas de rendimiento educativo, como calificaciones, asistencia, puntuaciones en pruebas estandarizadas y compromiso estudiantil a lo largo del año escolar, antes de hacer recomendaciones definitivas. La ambición del proyecto Phones in Focus es poder ofrecer orientaciones basadas en datos para que los distritos escolares ajusten sus políticas de uso de teléfonos de manera informada para el curso 2025-2026.

En el contexto global, y aunque no forma parte del artículo de Wharton, otros estudios aportan una visión más matizada: investigaciones en Europa han encontrado beneficios modestos de las prohibiciones completas de teléfonos móviles sobre el rendimiento académico, especialmente entre estudiantes con bajo rendimiento, mientras que otros trabajos sugieren que las prohibiciones por sí solas no bastan para mejorar resultados si no se integran en estrategias educativas amplias.














































martes, 16 de diciembre de 2025

Políticas gubernamentales de Estados Unidos han eliminado el acceso a información científica sobre el clima y la han reemplazado con desinformación

 


Cell, Kate. 2025. «Disinformation Undermines Our Right to Science.» Union of Concerned Scientists Bloghttps://blog.ucs.org/kate-cell/disinformation-undermines-our-right-to-science/.

El texto parte de un informe reciente de la UNESCO sobre tendencias globales en la libertad de expresión y desarrollo de medios, destacando especialmente la problemática de la desinformación climática. La autora señala que, hacia finales de 2025, determinadas políticas gubernamentales en Estados Unidos han eliminado el acceso a información científica sobre el clima, la han reemplazado con desinformación

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó su informe cuatrienal sobre Tendencias Mundiales en la Libertad de Expresión y Desarrollo de los Medios. Lo que sigue es una versión ligeramente adaptada de la contribución sobre desinformación climática.

A medida que la Tierra continúa calentándose [principalmente debido a la actividad humana] y los impactos en nuestro clima se vuelven cada vez más severos, la ciencia que busca advertirnos y orientarnos está siendo silenciada. Líderes globales poderosos y grandes corporaciones ignoran o niegan la ciencia en un intento deliberado de engañar al público y retrasar la acción urgente necesaria para proteger la habitabilidad del planeta.

En el articulo se analiza cómo la desinformación climática socava el derecho colectivo al conocimiento científico y a la toma de decisiones basada en evidencia. Según la autora, políticas gubernamentales recientes en Estados Unidos han limitado el acceso público a información científica sobre el clima, reemplazándola por narrativas sesgadas o desinformación. Esto afecta evaluaciones oficiales, como la National Climate Assessment, y disminuye la confianza en los científicos, poniendo en riesgo la acción frente al cambio climático.

Cell destaca que, aunque los efectos del cambio climático están bien documentados, existen poderosas fuerzas políticas y corporativas que niegan o manipulan la información científica para retrasar medidas urgentes. La autora señala casos recientes en los que se ha distorsionado información sobre olas de calor extremas, afectando la percepción pública y la preparación frente a eventos climáticos que ponen en riesgo la vida de millones de personas. Además, se ha limitado el acceso a recursos oficiales, obligando a investigadores y ciudadanos a buscar información en fuentes independientes o archivos previos.

La desinformación no solo tiene consecuencias sociales, sino también científicas y económicas. Los datos indican un aumento significativo de la mortalidad por calor extremo en las últimas décadas, y estudios económicos muestran pérdidas vinculadas a las emisiones de industrias específicas. A pesar de la solidez de la evidencia científica, estas campañas buscan debilitar la autoridad de los expertos y retrasar la adopción de políticas efectivas (Cell, 2025).

La autora identifica a la industria de los combustibles fósiles y a sus aliados políticos como los principales impulsores de esta desinformación. Documentos históricos muestran que estas industrias tenían conocimiento del cambio climático décadas atrás, pero eligieron estrategias de negación y manipulación para proteger sus intereses económicos. Entre las tácticas empleadas se incluyen la exageración de incertidumbres científicas, el financiamiento de estudios cuestionables, el acoso a científicos y la manipulación de funcionarios gubernamentales. Investigaciones realizadas por la Union of Concerned Scientists y otros organismos demuestran que la industria de los combustibles fósiles ha utilizado todas las tácticas del manual de desinformación:

  • Contratar a un científico que utilizaba métodos desacreditados y no revelaba la financiación de la industria.
  • Generar dudas exagerando las incertidumbres de la ciencia del cambio climático y dirigiéndose a profesores y estudiantes.
  • Acosar a los científicos climáticos.
  • Comprar credibilidad.

Además, las plataformas digitales juegan un papel crucial en la difusión de desinformación, muchas veces de forma indirecta al priorizar contenido que genera mayor interacción y publicidad. Esto amplifica la exposición de la sociedad a narrativas falsas o engañosas sobre el cambio climático, incluyendo teorías conspirativas y ataques a políticas de mitigación. La influencia de estas prácticas también afecta a instituciones científicas, limitando financiamiento, debilitando agencias regulatorias y generando presión sobre investigadores, lo que repercute en la comunicación científica y en la implementación de políticas basadas en evidencia.

La revista TIME designó en 2025 a los “Arquitectos de la Inteligencia Artificial” como persona del año